Llega el otoño y es el momento de hacer una cura de desintoxicación porque en verano quien más y quien menos, todos hacemos algunos excesos. Nuestros antepasados ya realizaban “curas” de este tipo y les hacían un bien enorme, utilizaban elixires naturales preparados a partir de plantas que la naturaleza ponía a su disposición en cada cambio de estación.

Actualmente, no sólo por los excesos, sino también por la contaminación, el organismo puede precisar una buena limpieza interior.Si nos duchamos todos los días, también deberíamos plantearnos de vez en cuando “limpiar” el interior de nuestro cuerpo.

Muchos alimentos contienen azúcares refinados añadidos, ácidos grasos trans, ingredientes procedentes de cultivos transgénicos, colorantes, glutamato, nitratos, aspartamo y antioxidantes sintéticos entre otros aditivos.  Algunas frutas y legumbres contienen trazas de pesticidas. Y a veces aparece contaminación por metales pesados en el pescado y de antibióticos y hormonas en las carnes. A todo esto hay que añadir la contaminación atmosférica ya que el aire que respiramos puede contener entre otras cosas trazas de plomo, cadmio… Los medicamentos, necesarios en ciertas situaciones, dejan residuos que podemos limpiar con una buena depuración.

En verano usamos más las parrillas y a veces los alimentos se “churruscan” de más, y eso también puede dejar en nuestro organismo sustancias no del todo saludables. El estrés, cada vez más frecuente incluso en vacaciones, es también una fuente de oxidación del cuerpo que acelera el envejecimiento.Todo este acúmulo de “tóxicos” puede producir síntomas como cansancio, dolor de cabeza, insomnio, problemas digestivos o incluso dermatológicos (piel apagada, con granos…) Y con esto no queremos asustar a nadie, porque está claro que por mucho que queramos evitar estar expuestos a todos los tóxicos cotidianos, es imposible escapar de ellos. Pero lo que sí podemos hacer es intentar minimizar los daños ya que tenemos a nuestro alcance medios sencillos para purificar el interior de nuestro organismo.

DESINTOXICACIÓN. CUIDAR EL HÍGADO Y LOS RIÑONES

El hígado y los riñones filtran los tóxicos que llegan del exterior y los desechos que contaminan nuestro organismo. Por eso una buena cura de desintoxicación se orienta principalmente a revitalizar el hígado y los riñones.

Para ello, podemos empezar por beber mucha agua y prac-ticar de vez en cuando algún ayuno controlado, ya sea intermitente o de más duración. También hay plantas que son enormemente eficaces para regenerar hígado y riñones. 

El hígado realiza un gran trabajo de depuración de nuestro organismo:

-Trata y elimina sustancias tóxicas a las que nos exponemos al comer, beber o respirar (alcohol, contaminantes, pro-ductos de síntesis, metales pesados, medicamentos, etc.).

-Ayudado por la vesícula biliar, juega un papel decisivo en la digestión y absorción de las vitaminas liposolubles A, B12, E y K y de oligoelementos como el hierro y el cobre, que puede almacenar en pequeñas cantidades.

-Contiene enzimas que realizan muchas de las reacciones químicas que ocurren en nuestro organismo a nivel celular y que son indispensables para vivir. Por ejemplo, almacena la glucosa y la libera en la sangre en función de las necesidades. Además es él quien convierte las grasas en energía.

-Interviene en la regulación de los equilibrios hormonales, eliminando las hormonas que ya no son necesarias.Los riñones sirven para filtrar la sangre, y contribuyen también a equilibrar el volumen de líquidos y de sales minerales. 

Los desechos que pasan por el filtro de los riñones son diluidos en la orina para ser eliminados. Sin embargo, estos deshechos “cristalizan”, sobre todo cuando no se bebe suficiente agua. Los cristales que se forman suelen ser pequeños, pero a veces aumentan de tamaño y acaban formando pequeñas piedras que bloquean los uréteres. Es lo que provoca los dolorosos cólicos nefríticos.

Las veces que debemos de hacer esta “limpieza”  dependen de las circunstancias de cada uno y de los factores tóxicos a los que nos encontramos expuestos, pero lo ideal sería hacerlo en cada cambio de estación, sobre todo en otoño y en primavera. Bastan unos 10 días de depuración para notar sus efectos beneficiosos, se sentirá en mejor forma, menos fatigado y la digestión y el sueño serán mejores.

PLANTAS DEPURATIVAS

Existen preparados que contienen una o varias de estas plantas depurativas, pero lo ideal es consultar con un especialista, porque no por ser naturales son inocuas, y podría haber alguna planta que no sea compatible con los tratamientos que solemos tomar. Entre las plantas “amigas” podemos destacar el cardo mariano, cuyo principio activo es la silimarina, tremendamente eficaz. Otras son desmodium, ortosifón, cola de caballo, rompepiedras, abedul, alcachofera, boldo, fumaria, ulmaria, etc.